Entrevista a Oriol Guixà Arderiu, presidente de FemCat
¿Por qué las empresas deberían avanzar hacia un mayor compromiso?
Sumarse a un manifiesto como el de una Economía con Propósito es un reflejo del cambio de paradigma en el que el mundo empresarial no es ajeno, sobre todo ante los retos de futuro globales y de país. En el modelo del estado del bienestar, las empresas toman conciencia de la responsabilidad de contribuir de forma esencial, un compromiso que responde a:
- Una demanda de la sociedad: Los consumidores y los inversores exigen cada vez más empresas que no sólo sean rentables, sino también éticas y sostenibles. El 90% de los consumidores afirma estar dispuesto a elegir marcas alineadas con sus valores, incluso pagando un precio ligeramente superior.
- La competitividad a largo plazo: En un mundo muy globalizado, las organizaciones que adoptan un propósito claro son más resilientes e innovadoras. Trabajar con un compromiso definido y compartido genera confianza y fomenta relaciones a largo plazo con los distintos grupos de interés.
- La atracción y retención de talento: Las nuevas generaciones de profesionales quieren trabajar en empresas que marquen la diferencia. Los valores compartidos impulsan la motivación y la implicación de los equipos.
El compromiso con una economía con propósito no es sólo una cuestión de ética empresarial, sino también una estrategia inteligente para el futuro.
¿Qué evolución observa en su entorno empresarial?
En los últimos años, el entorno empresarial ha ido evolucionando hacia modelos más inclusivos, colaborativos y sostenibles fruto de políticas públicas, pero también de la demanda de una sociedad más informada y empoderada, que reclama responsabilidad.
Por un lado, existe una mayor presión normativa, incorporamos nueva regulación vinculada a la acción responsable y de sostenibilidad, esto significa incentivos para acciones favorables al compromiso social, pero también sanciones de incumplimiento. Por otra parte, en el ámbito financiero se observa cierta priorización por las empresas con propósito.
También derivada de las recomendaciones que nos vienen de Europa y de las Naciones Unidas, cada vez más empresas están incorporando criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) en su estrategia. Esto se refleja en acciones como la transición hacia energías renovables, la reducción de emisiones y la implementación de cadenas de suministro responsables.
No podemos olvidar el proceso de transformación digital en el que estamos inmersos las empresas, una digitalización que busca orientarse hacia la eficiencia, pero también fomentar una economía circular y reducir el impacto ambiental.
Por último, debemos poner de relieve el valor de “red” donde necesariamente debemos jugar las empresas y, especialmente, la necesidad de colaborar, tanto entre privadas, como entre el sector público y el privado. En este sentido, tenemos todavía mucho camino por recorrer.
¿Cómo aborda el fomento de un mayor sentido de propósito en el mundo empresarial?
Desde FemCat entendemos que el propósito en el mundo empresarial es esencial porque mantiene uno de los tesoros de nuestro país, los valores que han emanado y todavía hoy las empresas que han construido el país.
Y es que los valores de la empresa catalana vinculados a la creatividad, la cultura del esfuerzo, la visión abierta e integradora, el aprecio por el entorno y el cuidado por el bienestar de la sociedad catalana, son tradición y legado más importante que puede dejar un empresario o empresaria.
La realidad de hoy nos presenta muchos retos, uno de los más importantes es la integración de casi dos millones de recién llegados en los últimos años a Cataluña. Por eso, ahora más que nunca, debemos defender los valores empresariales que nos han hecho crecer como sociedad, tanto desde el mundo institucional como desde las propias empresas.
Debemos hacer visible el compromiso, con iniciativas como el Manifiesto por una Economía con Propósito, de muchas y muchas empresas, y romper el relato de quienes quieren eliminar a los empresarios como uno de los actores más sociales de nuestro modelo. Asimismo, debemos reivindicar instrumentos clave en esta integración de valores, como la lengua, que hacen que podamos ser una sociedad económica y socialmente de progreso.
